Champagne Collard-Picard
“Más que una historia familiar, una verdadera pasión que nace de la tierra y el vino.”
Acerca del Productor
Champagne Collard-Picard nació en 1996 gracias a la unión de Olivier Collard y Caroline Picard, herederos de dos familias profundamente ligadas a la viticultura en Champagne desde finales del siglo XIX. La bodega representa la fusión de dos tradiciones vitivinícolas y la continuidad de un legado familiar basado en la excelencia y la autenticidad. Su sede se encuentra en la célebre Avenue de Champagne, en Épernay, epicentro de las grandes casas champañeras, desde donde proyecta al mundo una identidad propia que combina herencia y modernidad.
Ubicación y Entorno
La bodega cuenta con dieciséis hectáreas de viñedos distribuidos en dos de los terroirs más prestigiosos de la región. En la Vallée de la Marne se cultivan principalmente Pinot Noir y Meunier, que aportan estructura y carácter a los vinos, mientras que en la Côte des Blancs se desarrolla el Chardonnay, variedad que otorga finura, elegancia y mineralidad. El viñedo cuenta con la certificación HVE3 (Haute Valeur Environnementale), reflejo de un compromiso sólido con el respeto al medio ambiente y con una viticultura sostenible. Las prácticas agrícolas incluyen el laboreo del suelo, la siembra de cubiertas vegetales y el uso de fertilización orgánica, garantizando la salud del ecosistema y la expresión auténtica del terroir.
Filosofía y Enfoque
La filosofía de Champagne Collard-Picard se centra en elaborar vinos de gran pureza, respetando al máximo la identidad de la uva y del terroir. Para lograrlo se emplean fermentaciones con levaduras autóctonas, se evita la fermentación maloláctica con el fin de conservar la frescura y la acidez natural, y se recurre a la crianza en grandes barricas de roble y foudres que permiten una microoxigenación controlada. Solo se utiliza la primera prensa, conocida como cœur de cuvée, en las cuvées más selectas, garantizando así finura y calidad. Finalmente, el dosage es mínimo o incluso inexistente en algunos champagnes, lo que permite resaltar la expresión más natural y auténtica de cada vino.